Rafa Clúa. La gestión de placeres y daños: Estudio etnográfico sobre el consumo de drogas en vía pública, viviendas y salas de consumo higiénico
Rafa Clúa-García en su artículo “La gestión de placeres y daños: Estudio etnográfico sobre el consumo de drogas en vía pública, viviendas y salas de consumo higiénico” comenta que “a pesar del despliegue de programas e intervenciones de reducción de daños, los usuarios de drogas continúan manteniendo prácticas de riesgo con consecuencias negativas para la salud y padeciendo discriminación y estigmatización en el marco de las políticas prohibicionistas”.
En él da unas pinceladas de la historia de las salas de consumo en Barcelona y describe las características del consumidor. Mayoritariamente hombres, 80%, lo que da idea de la necesidad de un análisis de los dispositivos de consumo para mujeres, desde las mujeres.
Otro concepto muy importante y que motiva el artículo es, según afirma Rafa, que a pesar de que las evidencias muestran que las salas de consumo pueden contribuir a mejorar la salud y las condiciones sociales de los usuarios, se continúa consumiendo en
espacios clandestinos e insalubres en vía pública y viviendas que son importantes en la ritualización del uso de sustancias, donde se experimentan altos riesgos y daños sociales y de salud.
El autor propone diversas sensaciones en torno al consumo en la calle
- “Consumir en la calle es sensacional” Sin embargo, según Clúa, los espacios de consumo en vía pública representan los lugares con alto riesgo de contraer infecciones de transmisión sanguínea (VIH y hepatitis B y C) y sufrir sobredosis o reacciones adversas del consumo de drogas.
- “Consumir en la calle es peligroso”.
De querer promover un consumo seguro en la calle, las recomendaciones recogidas por el autor serían intentar conseguir “un lugar tranquilo para consumir en compañía y alejados de miradas de vecinos y transeúntes”
Respecto a las sobredosis, se gestionan el consumo de drogas evitando cantidades de sustancia que produzcan sobredosis u otros efectos adversos.
Consumo en viviendas
– Las casas particulares son los espacios menos frecuentados por los usuarios dado que muy bajo porcentaje vive en este tipo de viviendas.
– Las casas okupas son espacios frecuentados por grupos extensos de consumidores, más o menos organizados.
– En los pisos de venta de de drogas, existen diferencias en el tipo de vivienda entre los diferentes barrios estudiados. En el centro de la ciudad de Barcelona, se detectan pisos en condiciones de infravivienda organizados exclusivamente para vender y consumir, donde se reúnen pequeños grupos de consumidores. En barrios periféricos o en el extrarradio de la ciudad, se detectan viviendas en las que se diferencian los espacios para la vida doméstica de los espacios para la venta de drogas. En este tipo de viviendas solo se permite el consumo a usuarios de confianza, sin concentración de grupos extensos.
Cita el autor un informe sobre consumo de drogas en la ciudad de Barcelona, que refiere que el 73% de las muertes por sobredosis suceden en viviendas y el 75% son por consumo de heroína, detectándose una creciente presencia de más de dos sustancias