Diferencias en la mortalidad por COVID 19 entre Italia y China

Case-Fatality Rate by Age Group in Italy and Chinaa

La tasa de mortalidad por COVID 19 es más alta en Italia y España que en China. En la búsqueda de explicaciones, en la comparación de la mortalidad entre China e Italia, al primer mes del incio de la epidemia, se plantea que las tasas son similares hasta los 70 años, en que es más elevada para la población italiana y concretamente para los mayores 90 años la mortalidad fue del 22,7%.

Como otras dos posibilidades de la diferencia se plantea el criterio en la asignación de responsabilidad a COVID de muertes y a un más elevado número de tests en China en paciente con pocos o moderados síntomas.

Graziano Onder, MD, PhD1Giovanni Rezza, MD2Silvio Brusaferro, MD3 Case-Fatality Rate and Characteristics of Patients Dying in Relation to COVID-19 in Italy. JAMA. Published online March 23, 2020. doi:10.1001/jama.2020.4683

Carga viral positiva para COVID-19 hasta 8 días después de la resolución de los síntomas

Un estudio del Hospital General Chino de PLA, Beijing, analizó datos de 16 pacientes con COVID-19 confirmado.

La fiebre (87.5%) y la tos seca (68.8%) fueron los síntomas más comunes y la duración media de los síntomas fue de 8 días (rango, 6.25-11.5 días). De los 16 pacientes, 8 (50%) permanecieron virales positivos incluso 8 días después de la resolución de los síntomas.

American Journal of Respiratory Care and Critical Care Medicine

Carga viral SARS-CoV-2: más alta en la primera semana

En la actualidad, y en la práctica clínica no contamos con la cuantificación de la carga viral de COVID-19.

Por ello es interesante un estudio publicado en The Lancet Infectious Diseases, que informa de que la carga viral salival de SARS-CoV-2 fue más alta en pacientes durante la primera semana después del inicio de los síntomas y disminuyó con el tiempo.

Lo que podría explicar la naturaleza de rápida propagación de esta epidemia. Este hallazgo enfatiza la importancia del estricto control de infecciones y el uso temprano de potentes agentes antivirales, solos o en combinación, para individuos de alto riesgo que podría contribuir a frenar la difusión.

COVID 19

La epidemia por COVID 19 ha cambiado nuestras vidas. En las sucesivas entradas intentaremos una aportación a su conocimiento y abordaje a partir de bibliografía internacional y comentarios traducidos

Más psicología, menos benzos

Los inicios de la atención a consumidores de drogas activos se caracterizaron por las acciones masivas. Se daban muchas jeringas y materials de inyección y se recogía, no tanto, material.

El nombre no era imprescindible. Lo más importante era frenar el contagio, en un contexo de muertes por VIH.

Los profesionales más hábiles, a menudo se ubicaban en las recepciones de entrega y recogida de material de consumo. Todo era rápido. Breves conversaciones y, ni siquiera la salud, era lo principal. Todo se subordinaba al consumo y a evitar transmisión de enfermedades por vía parenteral y, a través de los preservativos, de transmisión sexual.

De esas antiguas épocas queda el ritmo de las visitas rápidas y breves. Con la superación de las enfermedades, con recursos más eficaces, surgen más visitas de enfermería. Curas, tratamientos tutelados.

Pero el hablar, la psicología se ha cifrado en el otro margen de las puertas giratorias, en la fase de intentar cesar en el consumo.

La cisis económica ha limitado muchos talleres retribuidos,  donde los consumidores hacían valer conocimientos y profesionalismo. Programas de bola de nieve, donde entrevistadores avezados en el conumo llegaban donde no alcanzaban los profesionales.

¿Hemos hablado con ellos?

Pero, ¿hemos hablado con ellos? Con ellos aunque no quisieran cesar en el consumo. Poco hablar y muchas benzos. Ahora en algunos entornos se propugna si hablar más, más psicología, puede hacer que se encuentren mejor.

 

La oportunidad de compartir

Sería deseable que el acceso a medios y recursos derivara de la equidad y la justicia social. Algunas personas muy convencidas no ven otra alternativa.

Pero compartir además de un fenómeno progresivamente aceptado en desplazamientos, residencias, es una oportunidad.

El reciclado se halla también en esta línea. La voluntad que determinados elementos de papel, vidrio, plástico tengan una nueva utilidad. Y también tiene arraigo compartir libros, ropa, enseres, que pueden haber sido muy queridos, pero que ya no se puede conservar más.

Cabe conciliar la organización de estos  elementos a compartir. Y se desarrollan com método los bancos, ya no de dinero, sino de alimentos, ropa y, con numerosas limitaciones, de medicamentos.

También de cosas intanglibles. Como el tiempo y habilidades. Se entrega tiempo y se trueca un determinado saber hacer. La voluntad colectiva de compartir existe. A menudo se busca el rigos y la buena organización.

Para las necesidades de la población, para cada una de ellas, existen excedentes en otros sectores. Complejo articular el trasvase. Pero es bueno que exista esta concienciación más alla del integrismo de la justicia social y las administraciones como única medida.

Recientemente está apareciendo el banco de talento. Personas con conocimientos de idiomas, informática, materias escolares que los ponen al servicios de quienes no los tienen y desena tenerlos.

En los próximos tiempos, a corto plazo, habrá que seguir el banco de profesionales, que ofrecen su tiempo libre a otras personas su propio profesionalismo. De entrada ya existen experiencias de bancos de atención sanitaria, sorprendentes en sociedades con casi sanidad universal, probablemente dirigido a esos grupos que determinan el casi

Espacios para la mujer

Son muchos más, en nuestro entorno, los hombres que las mujeres que se encuentran en la calle. Se han planteado muchos argumentos. Entre otros, la priorización que hace la mujer al techo y, no tanto, el hombre.

Se suele citar que la relación es de 8 hombes por cada mujer, lo que condiciona que, a menudo, los dispositivos para personas en la calle se hallen más dirigidos a las características masculinas.

Por ello es interesante en los mismos recursos de primera línea de espacios para la mujer, en ubicación y tiempo, en los que solo hay mujeres. No exentas estas experiencias por hombres que durante ese periodo de Espacio para la mujer no puede acceder a los servicios.

Tranquilidad, relajación, apoyo se pueden sumar a la aparición de opiniones, temas, demandas que en la atención general pueden no aparecer.

Conviene seguir con interés estas experiencias

Reflexiones 2020 sobre el consumo de sustancias ilícitas

Davide Iannello. Sociólogo

Definir lo que son antiguos programas de drogas para poder mejor atender y entender las nuevas demandas no es tarea fácil.

De entrada, se hace preciso movernos entre las varias normas de conducta social de forma multidisciplinaria y empática, para así conocer el sub-mundo y actuar en el interés de la salud pública y específicamente de los consumidores. Hay que garantizar la seguridad de  una sustancia frecuentemente adulterada en un entorno de consumo no higiénico, con prejuicios y con profesionales escasamente  gratificados que trabajan en un entorno de calle.

Los centros de reducción de daños socio-sanitarios, a lo largo de los años se han ido adaptando, a las inesperadas necesidades que en cada momento se han ido presentando, fabricando oportunidades para las personas atendidas

Pero los recortes presupuestarios de la última década han afectado todo el sistema reducción de daños  debilitando la fuerza que tenía el “modelo Barcelona de reducción de daños ”. Los efectos los han vivido tanto los usuarios como los profesionales de tal sistema. El descenso de la utilización de las salas de venopuncion asistida y el desplazamiento hacia las periferias son efectos evidentes de tal fenómeno.

Ha cambiado también y en cierta lógica el perfil de las personas consumidoras y los proyectos no han tenido la misma capacidad de adaptación al cambio. Cambios que si ha sabido reconocer el mercado de las sustancias ilegales que como mercado negro sabe mudarse para atender mejor a sus usuarios. Conscientemente la gente no piensa si la sustancia esta o no adulterada, saben que si pero como que no pueden hacer nada al respecto se basan sobre las experiencias personales y/o de referentes (amigos/compañeros/ etc) para determinar donde es mejor comprar y por consecuencias, dónde hacer el primer consumo después de la compra.

El sistema no ha sabido adaptarse a la movilidad del fenómeno consumo.

La formula de cómo actuar no la tengo, pero sí me atrevería a definir algunas variables que son importantes en el desarrollo de nuevos programas:

 

Priorizar la relación humana, participación activa de usuarios

Detección interdisciplinar de las necesidades

Concienciar sobre riesgos y medios disponibles para reducirlos

Promocionar recursos socio-sanitarios

Informar de los programas a los que pueden acceder

Mejorar el acceso a poblaciones de difícil contacto

Capacitación y formación/refuerzo de habilidades y dinámicas sociales, comportamientos y uso del tiempo libre

Recopilar información

Educación entre semejantes (intercambio de conocimientos)

Acompañar en un proceso de autoestima y de la calidad de vida.

Observar cómo los recortes de recursos socio sanitario y económicos afectan a los consumidores a la hora de conseguir y consumir las dosis es buena práctica para determinar si es posible que dicha falta influya en la conducta dando lugar a prácticas de mayor riesgo

  1. a) Reutilización de jeringas y material de inyección entre otras circunstancias.
  2. b) cambio de la vía de consumo (pasar a vía intravenosa)
  3. c) Deterioro de las condiciones de vida: alimentación, vivienda, cuidados sanitarios al tener menor dinero y mantener las mismas necesidades de

Para todo ello podríamos servirnos de las teorías del aprendizaje social para desarrollar un trabajo de creación de significados de las actividades humanas, para poder desarrollar un trabajo de prevención de consumo de sustancias. Necesitamos también de las herramientas de la perspectiva etno-metodologica para investigar los procesos gracias al cual los seres humanos interaccionan, es decir sobre: las modalidades de intercambio de los conocimientos para así poder detectar problemáticas o necesidades y adaptar las intervenciones.

Bienvenida a los textos 2020

Bienvenida a todos los colaboradores que en estos días se están brindando a a aportar sus reflexiones sobre la puesta al día en la atención a personas en situación socialmente deprimida desde 1993 hasta la actualidad.

Su contribución es muy importante para la adecuación a las nuevas circunstancias.

Low Threshold Journal

Retos en la atención a consumidores de drogas para 2020

La formación relacional de los profesionales que a menudo se hace boca a boca para veteranos a juniors con rigor aleatorio. Necesidad de nuevas competencias en materia de comunicación, pedagogía, empatía. Erradicar la drogofobia, que puede incidir, incluso en entornos asistenciales. Los derechos de los consumidores, a menudo no preservados. La obligación a consumir la metadona ante el personal asistencial de lunes a viernes, con un posible componente de desconfianza, mientras que el fin de semana no hay atención, no hay controles.

Los horarios asistenciales. Más a la conveniencia de los equipos asistenciales que de las necesidades de los usuarios. Se ha pasado de la atención de 21 a 6, a no tener ningún centro abierto más allá de las 21,30.

Los pisos de consumo de drogas son una alternativa de diverso impacto sobre la salud, con grandes intercambiadores que deben  encontrar las jeringas donde pueden. Siguen vigentes los programas de intercambio -tú me das yo te doy- versus programas de entrega de material no contaminado de inyección. Profesionales y centros todavía creen que no se pueden dar muchas más jeringas de las que se recuperan.

El sorprendente mercado ilegal de las drogas. Cada vez más similar a los mercados convencionales. Con días de fiesta, empleados, dependientes que pueden tener, incluso formación a la medida de las salas de consumo del sistema asistencial. ¿Pueden ser una ayuda en el lugares donde no llega la atención pública?

Pobreza, gente en la calle. Policonsumidores. Menores no controlados. Jóvenes que fueron menores tutelados, sin ninguna fuente de ingresos actuales.

Y la cultura socrática de hacernos preguntas. Como incidir en el mercado ilegal de los drogas? Como pueden ser recuperadas por el sistema asistencial las personas que compran en el mercado negro? Debemos desconfiar sistemáticamente del usuario? ¿Qué pasa si alguien no se toma la metadona y se la inyecta? ¿Se debe prohibir en las salas el consumo inyectado de metadona? ¿Si alguien vende metadona donde va a parar? ¿Es la metadona en el mercado negro una alternativa a comprar heroína a los pisos de consumo? ¿Son las benzodiacepinas en el mercado negro una alternativa cuali o cuantitativa al consumo de drogas ilegales?

¿Qué significa que alguien sistemáticamente se quede sin medicación, sin metadona o benzodiacepinas antes de la siguiente prescripción? ¿Tenemos personas infradiagnosticadas, infratratadas? ¿Como enfocamos la violencia de género en el contexto de la adicción? ¿Tenemos los mejores horarios? ¿La plétora en las salas de consumo es una invitación a consumir en la calle?

El debate está abierto.

Low Threshold Journal,