Hay personas que en su frecuentación a los servicios sanitarios y sociales su comportamiento es motivo de expulsión y no de uno, sino de forma generalizada, de la mayoría de centros.
Son casos de alta dificultad, en los que la expulsión lleva a la falta de contacto y la falta de contacto a una enorme dificultad de atención.
Hace falta un diseño para estas personas, que suelen convivir con el conflicto y en el que el punto de contacto probablemente no ha de ser ningún establecimiento o local, sino propiamente la calle, de donde nadie puede ser expulsado.
Con equipos que ya conocen la dificultad de todas estas personas, con un proyecto de mínimos que puede centrarse en seguir manteniendo el contacto y buscando el mejor momento, la mejor vía para el siguiente escalón.