Sería deseable que el acceso a medios y recursos derivara de la equidad y la justicia social. Algunas personas muy convencidas no ven otra alternativa.
Pero compartir además de un fenómeno progresivamente aceptado en desplazamientos, residencias, es una oportunidad.
El reciclado se halla también en esta línea. La voluntad que determinados elementos de papel, vidrio, plástico tengan una nueva utilidad. Y también tiene arraigo compartir libros, ropa, enseres, que pueden haber sido muy queridos, pero que ya no se puede conservar más.
Cabe conciliar la organización de estos elementos a compartir. Y se desarrollan com método los bancos, ya no de dinero, sino de alimentos, ropa y, con numerosas limitaciones, de medicamentos.
También de cosas intanglibles. Como el tiempo y habilidades. Se entrega tiempo y se trueca un determinado saber hacer. La voluntad colectiva de compartir existe. A menudo se busca el rigos y la buena organización.
Para las necesidades de la población, para cada una de ellas, existen excedentes en otros sectores. Complejo articular el trasvase. Pero es bueno que exista esta concienciación más alla del integrismo de la justicia social y las administraciones como única medida.
Recientemente está apareciendo el banco de talento. Personas con conocimientos de idiomas, informática, materias escolares que los ponen al servicios de quienes no los tienen y desena tenerlos.
En los próximos tiempos, a corto plazo, habrá que seguir el banco de profesionales, que ofrecen su tiempo libre a otras personas su propio profesionalismo. De entrada ya existen experiencias de bancos de atención sanitaria, sorprendentes en sociedades con casi sanidad universal, probablemente dirigido a esos grupos que determinan el casi